25 nov 2014

Desafíos de la lactancia materna: TENGO POCA LECHE

Otro de los desafíos que enfrenta la madre primeriza es creer que tiene poca leche. Y pensando que esto es verdad empiezan a darle biberón a su bebé, hasta que terminan sustituyendo toda su leche materna por leche de fórmula con el consecuente destete prematuro del bebé.
La clásica situación que enfrenta la mamá es que luego de darle el pecho a su bebé éste sigue llorando o vuelve a pedir a los 30 min. o a la hora. Lo que ocurre entonces es que "prueban" en darle biberón y ven que luego de tomarlo no vuelve a pedir hasta dentro de 3 horas. La madre concluye entonces que no tiene leche suficiente.







Estas son algunas situaciones por las que las madres creen que no tienen suficiente leche:
- no aguanta las tres horas (está insatisfecho) o duerme demasiado (está débil).
- Nació con poco peso (es casi prematuro, necesita biberones) o con demasiado peso (un niño tan grande no se hará sólo con pecho).
- Está mucho rato mamando (claro, como no sale nada...) o demasiado poco (claro como no sale nada...).
- La leche es aguada (la madre ve la leche inicial que gotea).
- El niño llora (de hambre) o no llora (porque sabe que no hay leche).
- Problemas en lactancias anteriores.
- Problemas con la lactancia de familiares o amigas (mi madre tuvo tres hijos y a ninguno le pudo dar el pecho) o ausencia de problemas (mi madre nos dió el pecho tres años, ¡ojalá las mujeres tuviéramos leche como las de antes!).
- El niño engorda poco, o engorda demasiado (¡es de vida, necesita más comida!).
- El pecho está vacío (¡no tengo leche!) o está lleno (¡no quiere mi leche, no es buena!).

Sin embargo debemos primero tener en cuenta varios aspectos antes de pensar o creer que se tiene poca leche:

Primero: Es normal tener poca leche las primeras semanas. La cantidad de leche materna que produzca la madre dependerá de la cantidad de veces y fuerza con la que succiona el bebé. Mientras más veces y por más tiempo el bebé succione más leche se estimulará a producir. Es por esto que la lactancia materna a demanda es la que promueve mayor producción de leche materna. A demanda quiere decir alimentar al bebé cada vez que el bebé lo pida y esto puede ser al menos al principio el bebé cada 30 min, 1 hora, o 2 horas, hasta que salga la cantidad que le de saciedad al bebé. Incluso puedes hacer uso de un extractor de leche entre toma y toma, esto aumentará tu producción de leche de forma significativa.


Segundo: La leche materna se digiere mucho más rápido que las leches de fórmula. Por esto el bebé que lacte tendrá hambre mucho más rápido que los bebés que toman biberón. Esto se debe a la proporción entre proteínas del suero y caseína –la proteína común en la leche de los mamíferos– en la leche humana es 80 a 20, mientras que la de la leche de vaca es 20 a 80. Las proteínas de la leche humana consisten principalmente de alfa-lactoalbúmina, mientras que la de vaca es beta-globulina bovina, esto significa que para un bebé la leche materna es mucho más fácil de digerir. 




Tercero: Si el bebé aumenta de peso tienes la cantidad de leche suficiente. Este es el mejor indicador para saber si tu bebé está tomando la cantidad de leche suficiente. Si aumenta de peso, tu leche le es suficiente. Los recién nacidos suelen perder un 4-6 % de peso durante los primeros dos días. Al tercero empiezan a recuperar, y antes de una semana suelen pesar más que al nacimiento.
Sin embargo otro indicador importante son las deposiciones y micciones de tu bebé. Si un bebé hace menos de tres deposiciones al día durante las primeras semanas, hay que comprobar si está comiendo suficiente (también puede ser normal). Pero, más que el número, es la consistencia de las deposiciones lo que debe alertarnos.
Si no ingiere otros líquidos, la micción frecuente (6 ó 7 pañales al día de los antiguos, los modernos empapan mucho más) indica que hay una ingesta importante de leche. No es garantía de que haya suficientes calorías, pues la leche tiene agua de sobras. Es decir, un niño puede tomar una cantidad de leche un poco inferior a la deseable, y seguir orinando en abundancia. Pero, al menos, la presencia de micciones descartan que la situación sea grave. La ausencia de micciones indica que el niño está recibiendo muy poca leche, y la situación requiere intervención inmediata y supervisión continua.


Cuarto: Evalúa el llanto. Muchas mamás piensan que como sus bebés se quedan llorando luego de lactar es porque tienen poca leche y se han quedado de hambre. Sin embargo, los bebés lloran por muchas razones, no necesariamente tiene que ser por leche insuficiente. Primero asegúrate de haberlo dejado lactar todo el tiempo que el bebé desee y piensa en colocarlo en tu pecho otra vez y todas las veces que sea necesario hasta que quede calmado. Si eso no lo calmó quizás podría tener gases. Evalúa lo que estás comiendo. Restringir los lácteos, menestras y comidas pesadas al principio de la lactancia podría aliviar los gases en los bebés que toman leche materna a exclusividad. Una vez que la lactancia esté bien instaurada se puede ir regresando a la comida habitual poco a poco. Y por último si tu bebé llora inmediatamente cuando lo pones en su cuna luego de haber lactado muy seguramente lo que desea tu bebé es que no lo dejes en su cuna. Los bebés aman los brazos y eso no es algo malo sino totalmente normal. Tenlo en tus brazos todo el tiempo que quieras y puedas. Cuando menos lo pienses tu bebé estará corriendo y tus brazos no serán su necesidad primaria como ahora.
Tip: si te sientes muy agobiada por el llanto de tu bebé y sabes que es por hambre, evalúa darle un biberón de fórmula. SIN EMBARGO, usa un extractor de leche para reemplazar esa toma. Recuerda que mientras más succión haya más leche se producirá.

Quinto: No midas la cantidad de leche que produces con la cantidad de leche que te sale con el extractor. No hay nada que succione mejor que tu bebé, ni el mejor extractor podrá igualar la cantidad de leche que puede extraer así que no te dejes guiar por las onzas que puedes sacar con el extractor. La mejor guía es el peso de tu bebé y la cantidad de pañales que moja y/o ensucia.

Sexto: No le hagas caso al “Biberón de prueba”. El que el niño se tome un biberón no significa que pasase hambre. Durante los primeros meses, suelen aceptar el biberón aunque no lo necesiten.

Y por último: el 95% de mujeres puede producir leche materna. Sólo un 5 % no la pueden producir por causas como: hipotiroidismo, retención de placenta, agenesia de tejido mamario, síndrome de sheenan, etc. Estos casos son raros e identificables por un médico. 

También puedes revisar: Desafíos de la lactancia materna: Tengo mucho dolor

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Referencias:
1. HIPOGALACTIA: DIAGNOSTICO Y TRATAMIENTO. Carlos González Rodríguez, pediatra, presidente de ACPAM Capítulo 8 del libro “La Lactancia Materna” Varios Autores Universidad de Sevilla, 2.001
2. RUIZ GUZMAN, L., RUGGERI, N., VALLS CIRERA, C., MARTIN, M.R. Enfermedades tiroideas y lactancia. Libro de ponencias y posters, I Congreso Español de Lactancia Materna, Valencia, 3, 4 y 5 de febrero 2.000. Pág. 122
3. NEIFERT, M.R., MCDONOUGH, S.L., NEVILLE, M.C. Failure of lactogénesis associated with placental retention. Am J Obstet Gynecol 1.981; 17:31
4. NEIFERT, M.R., SEACAT, J.M., JOBE, W.E. Lactation failure due to inadequate glandular development of the breast. Pediatrics 1.985; 76:823-828



2 comentarios:

  1. Felicitaciones! su articulo ha sido de gran utilidad.

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  2. hola! gracias por el articulo...le consulto para la lactancia con un 2do hijo, ya q en mi caso la experiencia fue opuesta y lo lamento muchisimo. con mi primer hija amamanto hasta los 2 años con la 2da hasta los 10 meses aproximadamente...Soy Elizabeth de Argentina

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