Artículo publicado por Darcia Narvaez Ph.D. el 27 Abril, 2014 en Moral Landscapes. Traducido por Ps. Alejandra Fernández L.
Tuve
un perrito que odiaba tanto ser ignorado o dejado solo que era capaz de
mordisquear los muebles. Los bebés también detestan que los ignoren, pero a
diferencia de los perritos, ellos no pueden dañar los muebles para hacernos
saber su malestar. Con el tiempo, su desarrollo se ve afectado y tanto nosotros
como el resto de la sociedad debemos enfrentar la ansiedad y la depresión como
resultado.
¿Qué es lo que NO debemos hacer a los bebés?
1. Ignorarlos (no)
Bajo las condiciones naturales del nacimiento,
los recién nacidos están listos para comunicarse con su madre, con su padre y
otros. Colwyn Trevarthen tiene videos, que muestran la comunicación de un recién nacido con
sus padres. Por supuesto, ellos no pueden hablar. Pero sí pueden hacer sonidos
y mover sus manos (la mano izquierda típicamente es auto referente y la derecha
se centra en el otro). Algunas madres incluso se comunican con sus bebés desde
el embarazo a través de canciones, cuentos o simplemente conversándoles. En
algunas culturas indígenas, se dice que la madre conforma el espíritu de su
hijo mediante este tipo de comunicaciones antes y luego del embarazo, por
ejemplo por medio de la creación de una canción única y original para su hijo
(e.g., Turnbull, 1983).
El
programa de investigación de Grazyna Kochanska (2002) muestra que una
"orientación mutuamente sensible" con el bebé conduce a excelentes
resultados en el futuro en términos de conciencia, comportamiento social y
habilidad para hacer amigos. Mutuamente sensible o con actitud de respuesta
significa que tanto el padre como el niño se influyen mutuamente, construyendo
una relación cooperativa. Trevarthen (1979, 1999, 2001), sugiere que este tipo
de relación basada en la interacción ofrece un entorno óptimo para el
desarrollo emocional e intelectual. Los padres y el hijo desarrollan
conjuntamente sus propias historias y sus propios juegos, que continuarán
cambiando con el tiempo.
¿Por qué una
interacción basada en la compañía y cercanía es particularmente importante para
los bebés?
En los primeros tres años de vida existe una comprensión tácita o implícita
(inconsciente) del mundo social, que se va desarrollando y que condicionará el
funcionamiento cerebral. (Schore, 1994, 1996). Con la crianza con actitud de
respuesta, el sistema cerebral aprende a funcionar adecuadamente manteniendo a
la persona sana y comprometida socialmente.
Lo que es aprendido en épocas tempranas se replicará en el largo plazo
en las relaciones interpersonales.
En caso de que los cuidados no hayan
sido adecuados, esta replicación podría evitarse por medio de una terapia o
alguna otra experiencia significativa que produzca cambio cerebral. Los bebés
que nacen antes de tiempo o que han experimentado vivencias donde no han sido
calmados, necesitarán ser asistidos dulcemente por sus cuidadores en una
relación mutuamente comunicativa. Esto significa que los cuidadores tienen que
ser especialmente tranquilizadores y sensibles a las señales del bebé. El
contacto piel con piel, el canto y el susurro de palabras agradables y
cariñosas ayudarán al bebé a salir del aislamiento o abandono emocional en el
que están.
2. Dejarlos
llorar (no)
Imagina
ser ignorado mientras sufres de dolor y pides ayuda. ¿Cómo te sentirías
respecto a ti mismo y respecto a tu familia? En los bebés esto es incluso más
grave ya que se encuentran en medio de un acelerado desarrollo del sistema
cerebral, el cual está aprendiendo los patrones sociales y el propio
funcionamiento psicológico (salud). Debemos recordar que una gran parte del
desarrollo infantil ocurre poco después del nacimiento, cuando el 75% del
cerebro se ha desarrollado. Durante los primeros años, los efectos epigenéticos
(funciones genéticas establecidas) tomarán lugar basados en el tipo de cuidado
recibido.
Para
un bebé, que lo dejen llorar es vivido como una tortura. ¿Por qué pienso eso?
Porque técnicamente, psicológicamente y en orden a la maduración, los bebés
deberían seguir en el vientre hasta los 18 meses de edad. Por lo tanto, si los
bebés están frecuentemente expuestos a situaciones de estrés, sus cuerpos se
hacen propensos a ser ansiosos y desconfiados tanto de sí mismos como de los
demás. Lo que más aprenden luego de las faltas de cuidado quedará como
conocimiento implícito -que puede no ser notorio por un tiempo- hasta que luego
aparecen signos de inflexibilidad, egocentrismo y predisposición al estrés.
¿Conocen a alguien así?
Cuando
los bebés pequeños lloran o están teniendo pataletas no están siendo pequeños
emperadores. Ellos tienen necesidades y las comunican de la única manera que
pueden. Pero si esperas llegar al llanto
para aliviar el malestar, estás esperando demasiado. Desde el comienzo de la relación con el bebé, es importante aprender a
no dejarlo llorar. Esto es parte de la sabiduría de la antigüedad. Para un
bebe es muy difícil dejar de llorar por sí mismo, así que no dejemos que ni
siquiera comiencen. Se les podría incluso crear el habito del llanto. El estrés
prolongado podría llegar a destruir las células sinápticas (redes cerebrales
programadas para desarrollarse en ese momento) las cuales están creciendo a una
velocidad increíble durante los primeros años de vida.
Para
evitar los llantos, los cuidadores deben poner especial atención a los signos o
señales no verbales que entrega el bebé (inquietud, seño fruncido, muecas,
agitación de brazos) para así cortar el malestar de raíz. Esto es lo que hacen
aquellas abuelas sabias. Lo que los bebés experimentan durante los primeros
meses y años de vida va creando vías en el cerebro que luego serán usados una y
otra vez. Por lo tanto, si se quiere un niño malhumorado, poco cooperativo,
agresivo (y a su vez el adulto), déjelo llorar. De lo contario, hará feliz a su
bebé. Un bebé sometido a un permanente estado de angustia, tendrá como
resultado un niño malhumorado que podría posteriormente afectar a su entorno.
Los
bebés pequeños necesitan ser amamantados con frecuencia dado que la leche
materna es liviana pero contiene los “ladrillos” de construcción corporal que un bebé
necesita para un desarrollo óptimo. Los bebés también necesitan moverse mucho,
ya que eso los ayuda a crecer. Por lo tanto, si se sabe que el bebé se ha
alimentado bien, es importante mantenerlo tranquilo y calmado meciéndolo y acariciándolo.
Ellos esperan que su cuidador esté disponible emocionalmente mediante el
contacto piel con piel, el canto, el hablarle, o simplemente estar cerca de
ellos.
Durante
los primeros meses de vida, los bebés suelen ser más demandantes (lo que no
significa que deban llorar). Este es también el período de tiempo en el que
parece establecerse el nivel de actitud de respuesta entre el bebé y el cuidador y
que puede durar por muchos años después (de acuerdo a nuestra investigación
junto a Ruth Fedman’s; Feldman, Greenbaum & Yirmiya, 1999). Los cuidadores
deberían estar muy atentos y ofrecer el consuelo y el alivio necesario cuando el
bebé comienza a fastidiarse o incomodarse, lo que se manifestará a través de
expresiones faciales y gestuales. Prevenir
el llanto desde un comienzo es la meta (y la sabiduría ancestral).
Una
madre visitó mi clase con un bebé de unos pocos meses de edad. Pasamos al bebé
alrededor del grupo hasta que comenzó a hacer muecas y señales de incomodidad.
A continuación la madre lo tomó, se paró y lo acomodó en sus brazos con el
estómago hacia abajo moviéndolo suavemente hacia adelante y hacia atrás. El
bebé se vio muy contento y tranquilo por el resto del tiempo. Ahora, debo decir
que si un cuidador se está sintiendo tan frustrado que está listo para lanzar
el bebé contra la pared, en ese caso es mejor que salga de la habitación y deje
al bebe llorar. Vea Period of Purple Cry para
directrices y tenga en consideración las precauciones. Por supuesto es mejor no
dejar que un patrón regular de llanto se establezca en los primeros días y
semanas de vida.
3. Dejarlos
solos (no)
El
régimen de aislamiento es una de las peores cosas que se puede hacer a un ser
humano y, eventualmente, puede conducir a la psicosis.
Los
bebés están hechos para estar físicamente conectados a sus cuidadores. No
entienden el por qué están solos. Si esto se repite con frecuencia, los bebés
internalizarán un sentido de error y de tristeza que marcará sus vidas.
Imagina
ser repentinamente dejado solo en una tierra extraña donde no te puedes mover
ni cuidar de ti mismo. Sería terrible, incluso si entendieras lo que está
pasando. ¿Por qué hacer esto a un niño?
Los
niños son mamíferos que dependen de la compañía de adultos para la satisfacción
de sus necesidades. Aunque la gente hable como si se pudiera forzar a los bebés
a ser independientes, esto es un engaño y un resultado imaginario. Si se aísla
al bebé, ocurrirá lo contrario -se volverán quejosos e inquietos, o tranquilos
pero desgarrados por dentro-. En ambos casos, solo preocupados de sí mismos.
Internalizarán el miedo y la inseguridad, y expresarán estos temores hacia sus
cuidadores y hacia el mundo. Así es como se cría a un narcisista. ¿Qué otra
cosa puede esperarse? El aislamiento les enseña a los niños a pensar solo en sí
mismos. Uno de los distintivos de personas que no ayudan a otros cuando están en
una situación de necesidad es la angustia personal (Batson, 2011). La angustia
o el malestar personal hacen muy improbable que aparezcan actitudes como la
empatía y la compasión. Exponer a los bebés a estrés reactivo debido a la falta
de cuidado, es una buena manera de construir un tipo de personalidad angustiada
y crear una sociedad egocéntrica.
4. No cargarlos
siempre que sea posible (por favor cargarlos)
Los
bebés por naturaleza quieren ser sostenidos en brazos. Y esto debería comenzar
inmediatamente después del nacimiento. La primera impresión que tenga de usted y del
mundo es fundamental. Aprender a estar en una profunda relajación y sensación de
paz es lo que llevarán consigo el resto de su vida. Si no se tiene la
experiencia de ser calmados y tranquilizados en brazos amorosos, ellos podrían
no aprender a auto-calmarse y “dejar ir”. Este “dejar ir” es vital para la
salud (Kabat- Zinn , 1991).
Cuando
los bebés están físicamente lejos de sus cuidadores (no “en brazos”), se
activan respuestas relacionadas con el dolor y la tristeza. Esto influencia la
presencia de varias hormonas y neuropéptidos justo en el momento en que los
sistemas se están estableciendo (Ladd, Owens & Nemeroff, 1996; Panksepp, 2003;
Sanchez et al., 2001). La separación de los cuidadores causa una desregulación
en múltiples sistemas en el largo plazo. Por ejemplo, el eje
hipotalámico-pituitario- adrenal (HPA), en parte responsable de la respuesta
ante el estrés, se vuelve desregulado e hiperactivo (Caldji, Tannenbaum,
Sharma, et al., 1998; Levine, 1994; Plotsky & Meaney, 1993). Incluso 3
horas diarias de separación (en ratones bebés -pero tener en cuenta que los
bebes humanos son muchísimo más necesitados y sociales) causan suficiente
estrés inicial para inducir efectos epigenéticos que aumentan la reacción al
estrés y causan déficit en funciones de la memoria durante la adultez
(Murgatroyd & Spengler, 2009). Incluso el
bajo nivel de contacto físico en la infancia temprana conduce al subdesarrollo
de los receptores de la serotonina, opiodes endógenos y oxitocina- químicos
relacionados con la felicidad (Kalin, 1993; Meinischmidt & Heim, 2007). Entonces,
no tomemos a la ligera a los bebés que no son tocados. Los bebés deberían
sentirse bienvenidos en los brazos de los adultos, aunque también habrá
momentos en los que sentirán la necesidad de explorar (muchas veces un niño temeroso
necesitara ser animado a salir a explorar). Cuando los bebés quieren explorar,
se les debe permitir tanto como sea posible.
He
aquí una anécdota interesante. Una estadounidense mientras visitaba una aldea
africana, vio a un pequeño niño aproximándose al fuego y automáticamente corrió
para apartar su mano. Un anciano la reprendió por hacerlo, diciendo: "Si
lo haces, vas a tener que vigilarlo por el resto de su vida”. Es decir, los
niños necesitan aprender acerca de su propio mundo sin ser sobreprotegidos o
nunca aprenderán a comportarse de forma segura por sí mismos.
Los
puntos tratados en los números del 1 al 4 son formas de castigo. En realidad, yo los
llamaría tortura de bebés. Los bebés no están hechos para existir sin el
cuidado permanente de un adulto (y sentir dolor) y no se desarrollan bien sin
su cuidado. Pero hay una manera más específica sobre el castigo intencional de
bebés.
5.
Castigarlos (no)
Algunos
padres dan azotes o golpean a sus bebés. Casi un tercio de los niños de 12
meses en los EE.UU son azotados según una investigación reciente investigación reciente.
Esta es una muy mala noticia. El castigo corporal puede ser una forma de liberación
inmediata de frustración para el cuidador, pero, como la mayoría de los actos
de agresión, tiene efectos negativos en el largo plazo.
Recuerde que los
bebés están aprendiendo lo que es la vida a partir del modo en que son
tratados.
El castigo tiene varios efectos perjudiciales obvios:
(a)
El bebé tendrá menos confianza en el amor y cuidado de su cuidador, ya que éste
último no es un ser seguro para poder sentir calma;
(b)
El bebé tendrá menos confianza en sí mismo - los cuidadores le han enseñado que
sus impulsos no son importantes e incluso pareciera no ser bueno tenerlos
--habla sobre cómo socavar el propio desarrollo!;
(c)
Si los cuidadores castigan a los bebés porque éstos quieren explorar, esto podría afectar su motivación para el aprendizaje (que posteriormente influirá
el rendimiento escolar);
(d)
El bebé aprenderá que es mejor reprimir su interés en el cuidador, afectando su
comunicación con él;
(e)
Un estudio reciente de grabaciones de audio de familias muestran no sólo que
los padres son muy impacientes, sino que además la mala conducta aumenta
después de los azotes.
(f)
Fisiológicamente, el castigo activará una respuesta frente al estrés, lo que no
es aconsejable en la vida temprana, cuando los límites y parámetros de
funcionamiento están siendo establecidos. Ese estrés puede poner en
hiperactividad permanente sistemas relacionados con el estrés, lo que disminuye
el bienestar y el crecimiento intelectual, haciendo las relaciones sociales más
complicadas.
Si desea
optimizar el cerebro, la salud y el bienestar del bebé en el largo plazo, no
haga estas cinco cosas.
Una
crianza cálida y sensible es uno de los mejores predictores de resultados
positivos en un niño (por ejemplo, llevarse bien con los demás o tener buenos
resultados en la escuela). Un cuidado con actitud de respuesta al bebé
significa atender a la individualidad del niño en su situación particular. Para
esto, los cuidadores tienen que estar disponibles emocionalmente, no distraerse
en exceso con sus propias preocupaciones, por ejemplo con sus celulares o
trabajo.
“Soy un padre
cansado y frustrado”
Claramente
los bebés necesitan muchísimo cuidado y tiempo para conseguir que tengan un
buen comienzo. Es por eso que el adagio "se necesita una aldea para criar
a un niño" se menciona a menudo. Sí, se necesita más de una persona.
Usualmente para satisfacer las necesidades de un bebé estará presente la madre
y el padre. Por lo tanto, si está frustrado o cansado, pida ayuda con el
cuidado y la crianza. Aquí hay algunos ejemplos de la experiencia, pero padres
por favor, añadan sugerencias:
(a)
Organice encuentros con otras familias, haga intercambios en el cuidado de los
niños, compartan una comida y limpien juntos.
(b)
Disminuya las expectativas para sus objetivos personales. Recuerdo haber oído a
una madre decir que después de varios meses de conflicto aprendió a entregarse
a las necesidades del bebé. Hacerse cargo de las necesidades del bebé es una
inversión de la que no se arrepentirá.
(c)
Si es posible, que uno de los padres o miembro adulto de la familia que no
trabaje fuera de la casa se pueda quedar en casa para que pueda centrarse en el
cuidado de los niños (lo cual debería disminuir el estrés). Aparentemente, el
numero de madres que se quedan en la casa ha ido aumentando según un artículo de Economist.
Esto es bueno, siempre y cuando los padres no se aíslen de sus hijos.
(d)
Ser padres no está destinado a ser un asunto en solitario. Los padres deben estructurar
sus vidas en torno a sistemas de apoyo. Y todo el mundo debería dar ayuda a los
padres siempre que sea posible.
Los
bebés siguen necesidades construidas (Vea Ten Things Everyone Should Know About Babies). El negar estas necesidades hace que un niño sea menos saludable, feliz y agradable, y trae más problemas para la sociedad.
Artículo
publicado por Darcia Narvaez Ph.D. el 27 Abril, 2014 en Moral Landscapes. Traducido
por Ps. Alejandra Fernández L.
Darcia
Narvaez es una Profesora en Psicología de la universidad de Notre Dame y es
Editora Ejecutiva del Journal of Moral Education. Blog at Psychology Today: Moral Landscapes
Alejandra Fernández es Psicóloga de la P. Universidad Católica de Chile y su correo
de contacto es: maferna5@uc.cl
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Referencias
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Y como le hago si tengo dos hijos uno de dos y otro de un año, demandan mucha antencion pero aun asi hay q hacer de comer, limpiar, lavar, hacer las compras y esto es ya considerando que mi esposo ayuda con otras tareas.
ResponderEliminarEstimada Karla gracias por tu mensaje. Tienes 2 niños pequeños y bastante seguidos en edad, prueba usando un fular para el niño más pequeño, eso los tranquiliza mucho. Quizás podrías pensar en alguna persona o familiar que te pueda ayudar con los quehaceres de la casa. De todas maneras habrán situaciones no planificadas y de urgencia en la que alguno de ellos se quedará llorando, pero la idea es que eso no sea algo habitual ni planificado en la vida de los niños.
EliminarUn saludo!