15 sept 2014

A propósito del “malacostumbrar a los brazos”, encontré este bello relato:

“Lo estás mal acostumbrando a los brazos" me afirmó el verdulero. Díselo a la naturaleza que lo ubicó 9 meses cerca de mi corazón, 9 meses al compás de mi respiración, 9 meses en compañía de mi voz. Ella lo mal acostumbró primero, que sabiamente llenó mis pechos lecheros, para seguir siendo uno los dos. Que te explique la naturaleza por qué me sonríe cuando estoy mal y me estira los brazos loco de amor. ¿Que lo estoy mal criando en brazos? cuando no me pide zapatos ni un auto de lujo, tan sólo que lo tome, por besos babosos a cambio. No me niego a sus brazos, porque negarme sería reprimir el amor más puro e incondicional, me pide brazos porque después de pasar casi un año tan unidos como jamás lo volveremos a estar, nuestro único consuelo es abrazarnos, para no extrañarnos tanto y amarnos más y más. Después de todo, más temprano que tarde aprenderá a caminar y todo esto será un hermoso recuerdo, de cuando una vez el fue bebé y mis brazos eran todo para él. Así que señor verdulero, sin duda la naturaleza es más sabia que ambos, lo que para usted es "mal acostumbrarlo a los brazos" ella le llama AMAR, MAMAR, MAMÁ, ni los árboles sueltan sus frutos pequeños, los cargan, hasta que estén listos...
Anónimo


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